Conversando con mis miedos.
- Romina Turconi
- 4 oct 2016
- 4 Min. de lectura
“De repente todo se vuelve tan simple que asusta. Perdemos las necesidades, se reduce el equipaje.
Las opiniones de los demás, son realmente de los demás, incluso si son sobre nosotros, no importa.
Abandonamos las certezas porque ya no estamos seguros de nada.
Y no nos hace falta.
Vivimos de acuerdo a lo que sentimos.
Dejamos de juzgar, porque ya no hay bien o mal, sino más bien la vida que eligió cada uno.
Finalmente entendemos que todo lo que importa es tener paz y tranquilidad, es vivir sin miedo, es hacer lo que alegra el corazón en ese momento.
Y nada más.
Cuando descubrimos todo eso es cuando llega la satisfacción plena.
La verdadera felicidad”.
(Anónimo)

Algunas confirmaciones, novedades, decisiones, pasos hacia lo nuevo, hacia lo incierto, y esa emoción emergente muy conocida por mí que por momentos quiere inmovilizarme, me cosquillea el pecho y me conversa sobre lo escasamente suficiente que soy para marchar hacia estos desafíos. ¡Hola miedo! Tanto hace que no te sentía tan cerca…
Y hoy, gracias a un intenso proceso, puedo decir “por momentos” porque llevamos un camino recorrido de la mano con mis miedos, a veces violento, a veces amoroso… desde el día en que los registré, en que comencé a conversar con ellos para salir de su propio modo control sobre mi vida, desde que expuse a uno de ellos frente a un grupo de personas... desde que cada tanto siguen apareciendo, van y vienen, sincronizan para estar muy presentes en una sucesión de días.
Miedo a no poder, miedo a repetir el pasado, miedo a defraudar, miedo a la expectativa no cumplida, a no ser suficiente, a no tener recursos ni posibilidades, miedo a no saber y también a aprender aquello que aun ni siquiera sé que no sé, miedo al error. ¿Miedo al miedo?
¿Qué hace que juzguemos una amenaza como más grande y peligrosa que nosotros mismos? ¿Cómo es que ante la posibilidad de asumir algo nuevo nos inunda o bien esa sensación de inmovilidad: no respirar, no hablar, no parpadear, no accionar… si me quedo quieta quizás el mundo ni se entere que estoy presente, o bien la sensación de salir corriendo para el lado contrario a donde está materializándose este desafío profesional, relacional, personal que tanto ansío?
¿Qué es el miedo? Desde el coaching ontológico consideramos al miedo como una emoción que surge cuando percibo una amenaza. Es una señal que me indica que esa amenaza es más grande y poderosa que los recursos que yo tengo y distingo para resolverla. Este miedo genera angustia, genera emociones colaterales que pueden abrirme o cerrarme posibilidades. Hasta el cuerpo reacciona cuando es habitado por el miedo, ¿cómo distinguen su corporalidad cuando aparece? Mi yo juzgador, exigente es quien va a valorar la amenaza que tengo enfrente, y mi yo miedoso en colaboración con el exigido es quien va a valorar la calidad y cantidad de recursos que tengo para vérmelas mano a mano con esta amenaza.
¿Para qué hago esta diferenciación? Para empezar a registrar a los miedos como posibles aliados, y no como crueles villanos. El rol que ocupen en mi vida, es el que yo misma les otorgue… El miedo no es más que el miedo en sí, quien le otorga sentido y poder sobre mis elecciones, sobre el curso de mi vida, soy yo misma. El miedo habita en mi, en mi mente, en mi interpretación de la realidad, me transformo en el mismísimo alimento de aquel miedo que tanto quiero vencer.
Reinterpretar la aparición del miedo, me ha permitido a mí misma transformarlo en una señal de alerta, de resguardo, de protección, pero no más una justificación de estancamiento, de silencios, de procrastinación. Transformar ese miedo que me angustiaba, que me retraía, que me escondía, en uno que hoy me permite distinguir qué recursos tengo, qué recursos tuve y qué recursos necesito diseñar y construir para disolver mi amenaza. El miedo no es ni bueno ni malo, el juicio de valor lo edifico yo misma, haciéndome cargo o permitiendo que ese miedo se haga cargo de mi destino.
Conversar con mi miedo, con mi aspecto miedoso y con aquel que juzga, me permite indagar, explorar, escucharlo, compadecerlo, resolver, ofrecer y pedir, aceptarlo, y generar acuerdos… Generar un acuerdo entre estos personajes internos que me permita hacer que lo que quiero ocurra, que me permita ir en dirección de mi desafío, siendo consciente de mis capacidades, confiando en mí, en el amor por lo que hago y por las personas que elijo, confiando en mi intuición, en mi completo e imperfecto ser, en las versiones que fui y en las versiones que seré.
Los errores del pasado no tienen por qué condenar mi presente, ni condicionar mi futuro. Y desde el miedo a esos errores, sólo genero mi predisposición a volver a cometerlos, el filtro que se activa en mi es el del potencial error: “Voy a volver a fracasar en un proyecto personal. No sé ni para qué lo encaro, tengo miedo, no puedo, estoy angustiada, soy un desastre.” “Me encuentro encarando un nuevo proyecto personal, profesional e independiente. El futuro es incierto, y esto me genera miedo, aunque confío en mí, en mis recursos actuales, en mis capacidades para resolver, y en mi capacidad de aprendizaje frente a lo que no sé.” ¿Qué posibilidades abro desde mi compromiso con el miedo que angustia, que genera ansiedad, enojo, que manipula, que huye, que esconde? ¿Qué posibilidades creo desde el miedo que me acompaña a explorar, que me alerta, me protege, que acepta y construye?
Hoy, y tal como hice en esa primera conversación, elijo invitar a mis miedos a que me acompañen en este camino. Mostrarles el mapa, la travesía por la que quiero transitar, los trenes a los que me quiero subir, aunque me baje en la siguiente estación. Enseñarles mi visión, qué misión necesito de ellos, qué compromiso necesito que asuman, qué pedidos quiero hacer, y escucho qué necesitan ellos de mi, qué quiero ofrecerles a cambio de esta libertad. Aceptarlos y comprometerme con mi zona de magia. ¿Qué harías hoy si no tuvieras miedo?

Recomendados!!
TEDx Elena Espinal: https://www.youtube.com/watch?v=EC7bLih7oLo
Fragmento "La Increible Vida de Walter Mitty": https://www.youtube.com/watch?v=kcZllBS050I
“Lo realmente importante es luchar para vivir la vida, para sufrirla y para gozarla, perder con dignidad y atreverse de nuevo. La vida es maravillosa si no se le tiene miedo.” - Charles Chaplin.
Commentaires